martes, 4 de febrero de 2014

Finalmente, los cocoteros de la ovonda vuelven a su lugar después de ocho meses de espera

Jaime Lloret ha conseguido que el benefactor arreglase el brazo de la grúa para que los cocoteros aéreos volvieran a su lugar de origen. La que en su momento se vendió como rotonda elevable que iba a permitir la reurbanización de la zona, que se ampliaran tramos de acera, que generaría nuevos espacios libres donde se instalaría mobiliario, alumbrado urbano, jardineras y arbolado, la también conocida como la rotonda de los cocoteros, ha resultado ser un problema más para los vileros.

De todo lo prometido, al final lo que se ha obtenido son unos vistosos quesitos de colores y unos maceteros que subirán o bajarán según un benefactor disponga o no de grúa.

Cuando denunciamos hace dos meses la situación esperpéntica que padecían los vecinos de la zona al ver en plena Navidad unos cubos de hormigón adornando nuestras calles, el Alcalde nos exigió que le pidiéramos perdón por querer que nuestro paisaje urbano cumpliera con unos mínimos de orden y por trabajar para que nuestro municipio no diera la imagen de dejadez y abandono que la rotonda reflejaba en ese momento.

Desde el Grupo Municipal Socialista dudamos y nos preguntamos si Jaime Lloret se quejó por que informamos a los ciudadanos del precio de mover los maceteros, 8.000 euros cada vez, o únicamente por denunciar su desidia. Ahora, una vez vueltos los cocoteros a su lugar, queremos que responda a estas cuestiones que interesan a los ciudadanos: ¿ Qué le ha costado definitivamente a los vileros este insólito episodio de los cocoteros aéreos ?¿ Qué ha recibido el benefactor a cambio? Si la respuesta a esta pregunta es nada, el benefactor merece que los vileros conozcamos su nombre para darle las gracias por tan desinteresado detalle para mejorar la imagen de la Vila.

Pero lo que a buen seguro no nos merecemos, es un Alcalde que no da explicaciones sobre este y otros muchos desaguisados de difícil comprensión como es en este caso el hecho de estar ocho meses esperando una grúa.


¡Y después encima quiere que le pidamos disculpas nosotros!




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